Si usted es hincha de Estudiantes y anda cabizbajo y apesadumbrado porque la hazaña estuvo ahí, al alcance de la mano, a tres minutos de lograrse, y finalmente se escapó como arena entre los dedos, no me llore, levante la cabeza, alce la bandera Pincharrata y cante con orgullo por estos gladiadores conducidos por Alejandro Sabella. El León platense murió de pie, rugió hasta donde pudo, hasta donde lo dejó este muy buen equipo que es el Barcelona de España. Da bronca, pena, dolor, rabia, vaya usted a saber cuantos sentimientos se cruzarán entre cada hincha albirojo, de los más de 5000 mil simpatizantes que estuvieron en Abu Dhabi y de los tantos otros que se quedaron haciendo fuerza desde Argentina. En cada fanático de Estudiantes que ande por algún lugar del mundo debe haber una mezcla rara de orgullo, por la estirpe de este equipo, y de bronca, por tener tan cerca la gloria y dejarla ir. Ahora, vale decir en rigor de verdad, el conjunto catalán es un digno ganador, porque más allá que no halla hecho nada en el primer tiempo, en el resto de los minutos jugados sacó a relucir sus pergaminos de fútbol bien jugado y no perdió la paciencia hasta ganarlo en el alargue con el gol de pecho de un Lionel Messi que, hasta allí, poco había hecho en el partido.
Para hacer un repaso rápido del trámite del encuentro, hay que decir que Sabella plantó un Estudiantes compacto en el primer tiempo, que fue homogéneo en todas sus líneas y, que luego de un centro de Juan Manuel Díaz, alcanzó el 1 a 0 a través de un cabezazo de su goleador Mauro Boselli. En el segundo tiempo, ya de entrada el Barcelona inclinó la cancha con el peso específico de sus estrellas y la luminaria encendida de Zlatan Ibrahimovic, el mejor jugador de la final. Con el sueco como la bandera del equipo catalán, volcándose a la izquierda y juntándose con el francés Thierry Henry, los españoles complicaron la zona de Clemente Rodríguez y los huecos se fueron abriendo en la defensa de Estudiantes. Con el ingreso de Pedro, el técnico Pep Guardiola logró más peso ofensivo en su equipo, y al fin y al cabo, a tres minutos del final, el canterano delantero empató el partido y llevó las acciones al alargue. En esa instancia, ya Estudiantes no hacía lo que quería, sino lo que podía. Sin piernas, cansados y con bronca por el gol postrero de Barcelona, el Pincha se limitó a defenderse. Y lo hizo bien. ¿Su máximo error? Cederle campo y pelota al Barsa, sabiendo que los españoles cuando la tienen saben como herir, aunque en este partido no fueron del todo profundos en sus ataques. Con la entrada desde el banco de suplentes del incontrolable canterano venezolano nacionalizado español, Jeffren, Barcelona adquirió más peso ofensivo (gran acierto de Guardiola en hacerlo ingresar para jugar por la izquierda y desnivelar con su gambeta rápida y hacía adelante). Aguantaba el Pincha, hasta que un centro de Dani Alves encontró a Lionel Messi clavándose por detrás de todos y, dentro del área chica, le puso el pecho a la pelota y se tiro de lleno hacía una nueva conquista en este 2009 inolvidable para El Pulga, recientemente consagrado como Balón de Oro europeo. 2 a 1 y final. Lo tuvo Desábato con un cabezazo al final, pero ya no había ideas en el equipo comandado brillantemente desde dentro de la cancha por Juan Sebastián Verón.
La música árabe, sonando detrás mientras Verón recibía el triste premio del segundo puesto, mostraba la lejanía del lugar, y también lo lejos que llegó Estudiantes. Este Estudiantes de La Plata que copó Emiratos Árabes con su gente y su estirpe copera y que por poco se queda con todo. Faltó poco León, un rugido más, una garra alerta más, unos segundos más de aguante defensivo... Se termina el año y se brinda por este equipo de Sabella que llegó hasta donde llegó. Y se brinda por Barcelona, un campeón digno y que tuvo a Messi como Balón de Oro del partido por su gol. Ojalá que esta sea la introducción a un 2010 que encuentre a este Messi súper ganador 2009 levantando la Copa del Mundo con Argentina en Sudáfrica, junto a otro monstruo que hoy estuvo en la vereda de enfrente y es la bandera de Estudiantes de la Plata: Juan Sebastián Verón. La grandeza está a salvo Pincharratas, duerman tranquilos, y levanten las banderas del León, que los rugidos del glorioso Estudiantes de La Plata siguen intactos. Y sequen esa lágrima de bronca del final para dejarla estampada en la historia como signo eterno de la estirpe copera de Estudiantes de La Plata.
Para hacer un repaso rápido del trámite del encuentro, hay que decir que Sabella plantó un Estudiantes compacto en el primer tiempo, que fue homogéneo en todas sus líneas y, que luego de un centro de Juan Manuel Díaz, alcanzó el 1 a 0 a través de un cabezazo de su goleador Mauro Boselli. En el segundo tiempo, ya de entrada el Barcelona inclinó la cancha con el peso específico de sus estrellas y la luminaria encendida de Zlatan Ibrahimovic, el mejor jugador de la final. Con el sueco como la bandera del equipo catalán, volcándose a la izquierda y juntándose con el francés Thierry Henry, los españoles complicaron la zona de Clemente Rodríguez y los huecos se fueron abriendo en la defensa de Estudiantes. Con el ingreso de Pedro, el técnico Pep Guardiola logró más peso ofensivo en su equipo, y al fin y al cabo, a tres minutos del final, el canterano delantero empató el partido y llevó las acciones al alargue. En esa instancia, ya Estudiantes no hacía lo que quería, sino lo que podía. Sin piernas, cansados y con bronca por el gol postrero de Barcelona, el Pincha se limitó a defenderse. Y lo hizo bien. ¿Su máximo error? Cederle campo y pelota al Barsa, sabiendo que los españoles cuando la tienen saben como herir, aunque en este partido no fueron del todo profundos en sus ataques. Con la entrada desde el banco de suplentes del incontrolable canterano venezolano nacionalizado español, Jeffren, Barcelona adquirió más peso ofensivo (gran acierto de Guardiola en hacerlo ingresar para jugar por la izquierda y desnivelar con su gambeta rápida y hacía adelante). Aguantaba el Pincha, hasta que un centro de Dani Alves encontró a Lionel Messi clavándose por detrás de todos y, dentro del área chica, le puso el pecho a la pelota y se tiro de lleno hacía una nueva conquista en este 2009 inolvidable para El Pulga, recientemente consagrado como Balón de Oro europeo. 2 a 1 y final. Lo tuvo Desábato con un cabezazo al final, pero ya no había ideas en el equipo comandado brillantemente desde dentro de la cancha por Juan Sebastián Verón.
La música árabe, sonando detrás mientras Verón recibía el triste premio del segundo puesto, mostraba la lejanía del lugar, y también lo lejos que llegó Estudiantes. Este Estudiantes de La Plata que copó Emiratos Árabes con su gente y su estirpe copera y que por poco se queda con todo. Faltó poco León, un rugido más, una garra alerta más, unos segundos más de aguante defensivo... Se termina el año y se brinda por este equipo de Sabella que llegó hasta donde llegó. Y se brinda por Barcelona, un campeón digno y que tuvo a Messi como Balón de Oro del partido por su gol. Ojalá que esta sea la introducción a un 2010 que encuentre a este Messi súper ganador 2009 levantando la Copa del Mundo con Argentina en Sudáfrica, junto a otro monstruo que hoy estuvo en la vereda de enfrente y es la bandera de Estudiantes de la Plata: Juan Sebastián Verón. La grandeza está a salvo Pincharratas, duerman tranquilos, y levanten las banderas del León, que los rugidos del glorioso Estudiantes de La Plata siguen intactos. Y sequen esa lágrima de bronca del final para dejarla estampada en la historia como signo eterno de la estirpe copera de Estudiantes de La Plata.
Redacción: Claudio Darío Aimar
e-mail : caiaimardario@hotmail.com
Mi blog: www.explosiondeportiva.blogspot.com
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