lunes, 22 de diciembre de 2008

El brindis del campeón


Este año más que nunca el Campeón del fútbol argentino pasará una feliz Nochebuena por dos sencillas razones: la cercanía del logro obtenido con esa mágica noche y por lo que habrá costado conseguir esa estrella. 180 minutos más de lo acostumbrado en estos torneos cortos tuvieron que transpirar los futuros campeones del Apertura 2008. Pero hoy, por fin, casi en el final de la jornada habrá un nuevo campeón. Será Boca o será Tigre. Ambos han hecho méritos más que suficientes para subirse al primer puesto del podio.
Boca llega a esta instancia decisiva envuelto en polémicas y sospechas sobre favoritismos arbitrales y de sorteo, y teniendo que haber soportado un semestre en el que tuvo que sortear muchas vallas. Ahora, si una virtud tuvo siempre este Boca de Carlos Ischia es que no sabe especular, no lo hizo el sábado frente a San Lorenzo y no lo ha hecho casi nunca. El libreto de su entrenador no se lo permite. Va y va, ataca y ataca. Y paradójicamente, muchas veces sufre al no tener la "picardía" de congelar algunos partidos en los cuales es aconsejable trabajar más el resultado, y por ende sufre mucho atrás.
Individualmente Boca llega herido en su mitad de cancha, ausentes Juan Román Riquelme (obviedad pura, su mejor jugador más allá de un irregular semestre) y Fabián Vargas. Todo hace prever que Leandro Gracián sustituirá al primero y Cristian Chávez, de gran ingreso ante San Lorenzo con gol con sabor a campeonato incluido, lo hará por el colombiano. Gracián puede darle un toque de experiencia y pausa a un equipo que tiene la ventaja de hasta perder por un gol e igualmente gritar campeón. La contra que tiene el ex enlace de Vélez es que no cuenta con muchos minutos de juego en los últimos meses y, por caso, no estuvo ni como suplente el sábado ante San Lorenzo. Pero también vale decir que en las oportunidades que reemplazó a Riquelme lo hizo aceptablemente y sin duda su cuenta pendiente en Boca es tratar de ser más regular.
Pasado el susto del choque con Néstor Silvera del pasado fin de semana, Juan Forlín (flamante convocado por Diego Armando Maradona para la selección y de un inmenso futuro por estampa de central fino y de categoría) verá como Facundo Roncaglia ocupa su puesto ante Tigre. A su lado estará Julio César Cáceres, cada vez más alejado de declaraciones altisonantes y más abocado a darle seguridad a su equipo en el fondo. La gran incógnita pasará por saber como responderá Javier García luego de su tremendo error en el gol de Santiago Solari y recordando también en su memoria de fursios su pobre actuación ante Colón en la Bombonera. Una pregunta que habría que dejar al pasar es la siguiente: ¿Qué hará Boca con su actual arquero titular el próximo año? ¿Lo bancará la dirigencia y el entrenador? ¿O llegará otro arquero de más experiencia como por ejemplo Abbondanzieri para reemplazarlo? Dicen que en ese puesto se madura a los 26 o 27 años y este chico recién anda por los 21. Entonces la sabiduría de otro arquero quizás ayude a que García crezca desde el banco.
Escenario planteado en Boca, su rival, Tigre, llega sin tantas presiones y sabiendo que estuvo fuera de la discusión de ganar el torneo por algún momento del sábado pasado. Seguramente pesará en la conciencia colectiva del equipo dirigido por Diego Cagna el saber que se juega su suerte a todo o nada. Es ser campeón y entrar a la Libertadores 09 o quedarse con las manos vacías luego de tres torneos muy buenos desde su ascenso a primera. Para quedarse con todo seguramente necesitará mucho de Martín Morel, jugador emblema y goleador de este equipo en el Apertura, pero completamente híbrido e irresoluto en el juego ante San Lorenzo que abrió este triangular.
Como a Boca lo afecta la merma por suspensiones de Riquelme y Vargas, algo similar sucede en Tigre con las bajas de su arquero Daniel Islas y de Diego Castaño, ambos pilares fundamentales en la fabulosa campaña del equipo de Victoria. Sus reemplazantes serán Luís Ardente, de poco rodaje en los últimos años y de nula experiencia en Primera A, y Jonathan Blanco, jugador que rindió en buen nivel cuando le toco sustituir a Castaño, pero que no tiene tanta marca ni el peso de la experiencia como si la tiene el hombre de Lincoln.
Dos goles de ventaja necesita Tigre para ser campeón, mientras que a Boca el abanico de resultados le sonríe más alegremente. Será una tarde-noche a todo o nada en donde las suspicacias y sospechas que rodearon ciertos pasajes de este torneo quedarán de lado. Y Papá Noel, más que nunca por como se estiró el certamen, traerá una estrella en su bolsa de regalos. ¿A quien se la dará? ¿A Boca o Tigre? Lo cierto es que en Nochebuena alguno de los dos hará un brindis de Campeón!!!

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