viernes, 21 de agosto de 2009

Herencia de gol

Eduardo Salvio, quien esta noche se calzó por primera vez la camiseta número 9 que dejó vacante José Sand, marcó los dos goles de Lanús en el triunfo de 2 a 1 ante River en el Monumental por Copa Sudamericana. El conjunto de Néstor Gorosito se había puesto arriba en el marcador con un tanto de Cristian Fabbiani. La revancha será el jueves 17 de septiembre en el Sur.

Cuando José Sand emprendió viaje hacía territorio árabe, la camiseta número 9 de Lanús quedó acéfala, huérfana, mirando con nostalgia como Pepe mudaba sus goles a canchas llenas de turbantes. Sin embargo, la muy pícara casaca del ex goleador Granate ya empezó a coquetear con otro jugador muy rápidamente. Es que Eduardo Salvio hoy se la calzó oficialmente por primera vez y, como si estuviera encaprichada en no abandonar su rol de goleadora, el Toto se despachó con dos gritos que le dieron la victoria a su equipo en el Monumental. Recibió la herencia de gol y con un par de definiciones electrizantes ganó el partido. Primero definiendo cruzado ante un gran pase de Carlos Arce, y después mandándola adentro con el pie bien abierto ante el achique del arquero Daniel Vega, luego de una gran jugada del ingresado Santiago Biglieri. Este triunfo de Lanús marca un nuevo traspié en esta era de magras cosechas de éxitos que vive River desde hace tanto tiempo. ¿Mereció ganar el equipo de Luís Zubeldía? Lo más justo hubiera sido un empate, pero la astucia de un equipo muy bien trabajado como el del Sur y la falta de ideas ofensivas sumadas a repetidos errores defensivos de los Millonarios, hicieron que los visitantes se llevasen un triunfazo de cara a la revancha en su casa. Además, claro, el ganador contó con el jugador del partido: el Toto Salvio, imparable en cada mano a mano y muy picante con diagonales extraordinarias que arrancaban desde su posición inicial de volante derecho y terminaban como centrodelantero.
En lo estrictamente táctico Gorosito planteó a un River que mostró un esquema de 4-3-2-1, con el debut oficial desde el arranque de Maximiliano Coronel como número seis y la improvisación de Mateo Musachio como volante central. Y es justamente en la zona del mediocampo donde el local sufrió a horrores. Ahora se buscará un mejor equilibrio para River entre atacantes y defensores con las incorporaciones del paraguayo Miguel Paniagua (nunca tan justa esta incorporación para el momento económico de River, ya que en épocas de vacas flacas que mejor que pan y agua) y en el sorpresivo retorno al fútbol profesional de Matías Almeyda (con sus 36 años de edad y sus 4 de inactividad, ¿podrá ponerse rápidamente en forma para la alta competencia?). Y atrás por más que River tuvo nombres militares (el primer central, Sargento Gustavo Cabral, y su compañero Maximiliano Coronel), a ese sector de la cancha no lo custodió nada bien.
En la zona de gestación, Ariel Ortega se movió libre en su regreso oficial con la banda roja. El jujeñó tuvo unos minutos iniciales interesantes. Sus gambetas, enganches y pases precisos despertaban la ilusión del hincha riverplatense. Pero luego su merma física fue de la mano con su aporte para el equipo. El otro enlace fue Diego Buenanotte, quien resultó el jugador más claro del Millonario, tanto por su velocidad como por su verticalidad para encarar derecho hacía el arco de Mauricio Caranta, debutante en el arco de Lanús. Luego entró Marcelo Gallardo, quien no había jugado ni un solo minuto en la gira de River por Canadá y esta noche no logró pesar demasiado en el juego ofensivo local. Adelante, solo, quedó Cristian Fabbiani, quien marcó un muy bonito gol en el segundo tiempo con una media vuelta que se clavó abajo, contra el palo izquierdo del ex arquero de Boca. Sin embargo, al Ogro se lo vio muchas veces aislado en la delantera, como incomodo en su nuevo rol de ser el faro en el área y no tener tanto contacto con el balón.
Por el lado de Lanús, Zubeldía colocó a un interesante Carlos Arce como lateral derecho. Y fue el marcador de punta derecho justamente quien habilitó extraordinariamente a Salvio en el primer gol Granate. Después, el maquillaje que le imprimió el entrenador al equipo, con respecto al que terminó jugando el último Clausura doméstico, fue el de colocar a Eduardo Ledesma como volante central titular, insertar en el arco a Mauricio Caranta por el transferido Carlos Bossio (se fue al Querétaro de México) y el ingreso de Santiago Salcedo en reemplazo del ya emigrado José Sand. En referencia a este último, hay que marcar que la labor del ex delantero de Newell´s no fue del todo convincente, y sin ningún tipo de dudas la tarea de reemplazar a Pepe no será un menester sencillo para el paraguayo.
Para la revancha en el Sur del 17 de septiembre, River deberá ganar para poder pasar. Y para ello tendrá que mejorar mucho su volumen de juego y sus distracciones defensivas. Mientras tanto, Lanús seguramente lo esperará con la esencia de siempre, con su filosofía bien clara, como hace tantos años lo viene haciendo.

Redacción: Claudio Darío Aimar
e-mail: caiaimardario@hotmail.com
Mi blog: www.explosiondeportiva.blogspot.com

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